miércoles, 15 de noviembre de 2017

CONOCER LA TEXTURA DE UN SUELO EN JARDINERÍA

De la textura de un suelo depende sus propiedades físico-químicas y por lo tanto su potencial productivo. 

El suelo se compone de partículas de materiales de distintos tamaños que le confieren su textura. Atendiendo a su tamaño, estas partículas se clasifican en:

- Gravas: partículas mayores de 20 mm. de diámetro.
- Gravillas: partículas comprendidas entre 2 y 20 mm. de diámetro.
- Arenas: partículas comprendidas entre 0,05 y 2 mm. de diámetro.
- Limos: partículas comprendidas entre 0,002 y 0,05 mm. de diámetro.
- Arcillas: partículas menores de 0,002 mm. de diámetro.

Realizando un análisis granulométrico de un suelo en laboratorio, obtendríamos la cantidad relativa de cada una de las fracciones anteriores, podríamos deducir la textura en función de clasificaciones normalizadas como es la clasificación américana del USDA y cuyo diagrama es el siguiente:

De una forma más general por su textura, los suelos podemos clasificarlos en:

- Arcillosos: son los suelos con mayor proporción de las partículas más pequeñas. Se les denomina suelos pesados o compactos. Tienen una gran capacidad de retención de agua y nutrientes y son difíciles de trabajar. Una tierra arcillosa es pegajosa y oscura. 

- Arenosos: son los suelos con mayor proporción de partículas grandes. Se les llama también suelo ligeros. Aunque son fáciles de trabajar, tienen poca capacidad de retener agua y no son fértiles. Una tierra arenosa se resbala fácilmente de las manos.

- Limosos: tienen la mayor proporción de sus partículas compuestas por limos, dan al suelo carácter pesado y aspecto polvoriento, muy poco permeables.

- Francos: son suelos ideales para el cultivo. Tienen una proporción equilibrada de diferentes tipos de partículas. Se denominan también suelos limo-arcillo-arenosos. Son fáciles de trabajar y ricos en humus.

Para conocer en campo la textura de un suelo tenemos dos opciones:

CON UN TARRO DE AGUA: Se coge una muestra de su suelo. Una vez que esté bien seca, se desmenuza y se trilla. Se llena por la mitad un tarro de cristal con la muestra y se añade agua poco a poco hasta casi llenarlo. Se agita enérgicamente, dejándolo reposar durante unas horas. Pasado un tiempo se podrá observar en el fondo del frasco una capa de arena más gruesa, luego otra más fina y arriba una muy fina (limo y arcilla), lo que nos dará el porcentaje de la textura de la tierra.

REALIZANDO UN CILINDRO:

1. Toma una cantidad de muestra que pueda contener la palma de la mano.
2. Humedece hasta el punto de adherencia, mezclando con ayuda del cuchillo.
3. Intenta hacer un cilindro de 3 milímetros de diámetro.Si no se puede hacer, la muestra tiene más del 80% de arena, no es plástica ni se pega cuando está húmeda.
4. Si el cilindro de 3 mm de diámetro es posible, ensaya el de 1 mm de diámetro. Si el de 1 mm ya no es posible, la muestra tiene entre un 65 y un 80% de arena.
5. Si el cilindro de 1 mm es posible, inténta formar un anillo con el cilindro de 3 mmm y 10 centímetros de longitud. Si el anillo se agrieta, la muestra tiene entre un 40 y un 65% de arena.
6. Si el anillo con el de 3 mm es posible, intenta formar un anillo con el de 1 mm. Si el anillo se agrieta, la muestra tiene un predominio de limo; si el anillo es posible, en la muestra predomina la arcilla.


Si predomina el limo, es untuosa. Al humedecerla no es plástica y cuando se seca no se endurece tanto como la arcilla.


La arcilla en seco forma agregados muy duros que no se rompen entre el pulgar y el índice. Cuando está húmeda es muy plástica, adherente entre los dedos.

*Fuentes consultadas: www.infojardin.com, www.agronline.cl

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